Consideramos la ciudad, organismo vivo, en constante evolución, como campo privilegiado de nuestras actividades y como solución a los desafíos de nuestro tiempo. Acunados por el trabajo de Philippe Panerai, que nos dejó recientemente y cuya pérdida ya sentimos, buscamos simplificar las situaciones complejas. Reexaminando constantemente, a veces con inquietud, el papel del arquitecto en la ciudad contemporánea y su capacidad para abordar los desafíos globales a través del prisma de la arquitectura y el urbanismo, trabajamos para adaptar la ciudad existente a los nuevos imperativos de transformación: sociales, económicos y ecológicos. Tejemos el interés general en lo urbano: Uno de los desafíos de nuestra práctica es articular medio ambiente y progreso colectivo para que la cuestión ecológica no ignore la cuestión social, y por el contrario la asuma como un componente elemental de su ecosistema.
El arquitecto-urbanista de hoy trabaja en las rupturas de la infraestructura heredada de generaciones anteriores.
Un cierto número de rupturas han destrozado el modelo de metrópolis moderna e industrial reluciente que prevalecía en el siglo XX. El meandro de las infraestructuras de transporte ha creado múltiples fracturas geográficas y sociales que son hoy lugares que hay que repensar. A esto se suma la crisis sanitaria, algunos de cuyos efectos han calado en la sociedad, la crisis inmobiliaria, al borde de descontrolarse, y la crisis climática que ha modificado considerablemente la situación. La ciudad es el espacio donde se entrechocan y golpean, se hacen visibles y se manifiestan.
Depende de nosotros desarrollar mecanismos para responder a estas crisis. Nuestro mundo sufre, pero es nuestro y ya existe: ya no se trata de inventar un mundo hipotéticamente mejor, como lo intentó el movimiento moderno, sino de transformar, rehabilitar, renovar y adaptar nuestra realidad a los desafíos climáticos y sociales. Se trata de permitir invertir las situaciones urbanas mediante una forma de hibridación entre el ya presente y el futuro.
Para hacer esto, necesitamos nuevos recursos y competencias. Necesitamos reconstruir un tejido de conocimientos y profesiones capaces de lograr lo que concebimos. La industria ha sido una herramienta tremendamente eficaz para la producción en masa, especialmente la de la vivienda. Pero ha provocado una pérdida de saber hacer y efectos nocivos en el medio ambiente, el clima y el consumo de recursos, cuyo balance es compartido por toda la sociedad.
Para ser eficientes, debemos apoyar a los industriales en la revisión de sus métodos de producción: Ante los desafíos de nuestro tiempo, esta nueva industria deberá ser capaz de combinar el ahorro de los recursos con los requisitos cuantitativos y cualitativos. Por ejemplo, la fabricación externa de elementos bajos en carbono se perfila como una solución global para descarbonizar la industria al tiempo que ofrece soluciones concretas a las necesidades en términos de producción construida.
Durante la construcción de la primera residencia social de madera para CDC Adoma en Villiers-sur-Marne en 2017, propusimos ejecutar procesos de elementos prefabricados de CLT para reducir las molestias de una obra realizada en un lugar muy restringido. Los trabajadores, la mayoría de los cuales nunca había instalado CLT, notaron una mejora significativa en sus condiciones de trabajo. El pensamiento fértil de una correlación entre la ejecución de elementos prefabricados de madera, la mejora de las condiciones de vida y la mejora de las competencias surgió en ese mismo momento y nunca abandonará nuestros pensamientos.
Desde entonces, la construcción híbrida de madera y hormigón se nos ha presentado como una solución concreta a los problemas urbanos. En 2019, la Tour Watt, una torre de hormigón en ruinas en el distrito 13.º de París, nos permitió implementar esta idea de que una sobreelevación de madera podría mejorar una torre obsoleta dándole una segunda vida. En esta primera sobreelevación de madera de una torre en París, la madera se utiliza como herramienta para revalorizar y reactivar la torre. Una forma aplicada de construir la ciudad sobre la ciudad.
Para la nueva sede social de la Office National des Forêts, entregada en 2022, la cuestión que se plantea es la de la capacidad de la filial francesa de producir a partir de sus propios recursos. El resultado es el primer edificio de madera exclusivamente francés, un edificio-manifiesto destinado a llevar a la filial hacia una dinámica de masificación.